LO ESENCIAL ES INVISIBLE al Campo

-Me gustaría ver una puesta de sol... Deme ese gusto... Ordénele al sol que se ponga...
-Si yo le diera a un general la orden de volar de flor en flor como una mariposa, o de escribir una tragedia, o de transformarse en ave marina y el general no ejecutase la orden recibida ¿de quién sería la culpa, mía o de él?
-La culpa sería de usted -le dijo el principito con firmeza.
-Exactamente. Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar -continuó el rey. La autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, el pueblo hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir obediencia, porque mis órdenes son razonables.
-¿Entonces mi puesta de sol? -recordó el principito, que jamás olvidaba su pregunta una vez que la había formulado.
-Tendrás tu puesta de sol. La exigiré. Pero, según me dicta mi ciencia gobernante, esperaré que las condiciones sean favorables.


Hace días que vengo pensando en nuestro país y cuentos para niños. Por motivos que ahora no vienen a cuento pensé en Andersen y "El traje del Emperador" y en Saint Exúpery y su supermegaultra delicioso "Principito". Es cierto que también pude haber pensado en el País de Jardín de Infantes de María Elena Walsh pero eso sería un lugar común y detesto los lugares comunes.

Y ayer después de escuchar la respuesta del campo a las nuevas medidas que benefician a todos aquellos productores pequeños por los cuales se realizó este paro el Principito ganó la pulseada y aquí estoy.

EL HILO DE ARIADNA
Así empezó todo, los productores pidiendo la eliminación de las retenciones en vez de una rebaja. Reconozcamos también que algunos pequeños productores sólo pedían volver a antes del 10 de marzo. Y recalquemos que los grandes productores no pedían nada y adherían al paro en solidaridad.

Ayer Cristina (y Lousteau, que no es el réferi) les dieron lo que pedían y todos aquellos productores que exportan menos de 500 toneladas (que son una punta de hectáreas) de soja y girasol tendrán reintegros automáticos por la diferencia y una punta más de subsidios, ayudas y beneficios por si fuera poco.

Pese a todo esto el paro no paró y ahora quieren más. Mucho más. Y por querer más quieren imposibles... Y me perdí de nuevo.

SOLO HAY QUE PEDIR A CADA UNO LO QUE CADA UNO PUEDE DAR
Quedaron en pensárselo. Alguno en el programa de Joaquín Morales Solá ya no sabía qué hacer para despacharse con cara de póker.

Quizá el problema radique en que desde un principio no tenían en claro cuáles eran sus peticiones. Quizá los grandes de la Sociedad Rural no estaban únicamente por solidaridad y mediando. Quizá esto no sea el reclamo de un sector de la sociedad y estemos frente a un intento de golpe. Quizá todos deberían leer o releer al Principito.

SOLO HAY QUE PEDIR A CADA UNO LO QUE CADA UNO PUEDE DAR
El Principito es genial, es útil y es maravilloso. Ya me despacharé a gusto y largo sobre él en otro post (que lo merece) pero hoy quiero hablar del Capítulo 10 donde él visita al rey que dice ser soberano universal.

Este capítulo habla del poder y de la relatividad del mismo. Puedes tener poder sobre algo pero debes saber que ordenar y qué pedir y ser razonable en ambos sentidos. No puedes ordenar lo que no puede ser cumplido ni pedir puestas de sol en plena noche cerrada.

La Presidenta le dio al campo lo que pedía y es el campo el que no está siendo razonable no conformándose con que le concedan su pedido. Siguiendo al Petit Prince uno tiene derecho a exigir si sus exigencias son razonables.

SOLO HAY QUE PEDIR A CADA UNO LO QUE CADA UNO PUEDE DAR

Cada día que pasa me convenzo más de que esto es una operación politica. La inflación quedará y aumentará nuestra deuda externa. El paro ya está dejando pérdidas del 0,5% del PBI según informa el diario. Cristina no viajará a Londres. No sabemos qué pasará con la reunión cumbre donde la Comunidad Europea y el Mercosur sellarían su unión. El paro argentino sumado a la muerte de Reyes en Colombia y los levantamientos que por estos momentos sufre Evo en Bolivia pueden echar por tierra lo que sería una oportunidad brillante para Latinoamérica y una amenaza para Estados Unidos y Rusia (por separado, que no estoy delirando). Lo que parecía un reclamo de pequeños productores ahora resulta que es un reclamo de todos los productores que quieren la chancha y los veinte.

En esta Argentina Cambalache las órdenes hoy las da el campo y no son razonables. Ahora reclaman por los productores de uva (pero todo esto no era por la soja y el girasol?). Cristina tiene que tomar medidas urgentes (lo de enviar comestibles por aire con aviones de la Fuerza Aérea no es una mala idea) y el Congreso debe dictar ya mismo el estado de sitio por conmoción interior.

Y por favor, que alguien ordene comprar unos 3000 ejemplares del Principito y los reparta en las rutas con un señalador en el capítulo 10. Tal vez entre mate y mate alguno le dé una ojeada.

saludos principescos
Paloma Roca

P.D. - La primera imagen es de acá y si quieren leer o releer el Capítulo 10 del Principito vayan aquí

3 comentarios:

Nora Báez dijo...

Paloma:

Podrìa darte mi opniòn al respecto, pero lo cierto es que hablar de polìtica y/o problemàticas sociales es entrar en un terreno para discernir largo y tendido. Sòlo voy a decirte que no comparto tu parecer, el que respeto absolutamente y que sòlo hay comenzar por el principio. En tanto, yo continùo trabajando desde mi lugar y haciendo, que considero que o màs importante.

Besitos linda! :0)

FDG - El Señor de Monte Grande dijo...

Quizas no sean los del campo los que pidan de mas sino solo piden que le devuelvan lo que es de ellos. Esto que se vive a mi entender es el resultado de tratar de vivir en una burbuja a contramano del mundo. Lamentablemente la Sra que nos gobierna no entiende que no es la dueña de este pais solo una administraora y por lo que se esta viendo no solo en el campo sino en todos los rubros ella y su coequiper son bastante malos y tramposos.

Un abrazo desde MG

Unknown dijo...

Vamos, lo que ofreció el gobierno conformaría a cualquier gremio "normal".

Tanta energía derrochada en mezquindades...

qué derroche...
qué peligro...