WAKEFIELD, la esposa y el traductor

Bueno gente, aviso que este vuelo va a ser de los largos. Tan largo que este será el primer post de una serie de tres. Es que toca hablar de libros y los libros me pueden y mucho. Y no hablaré de un escritor sino de tres (Borges, Hawthorne y Berti).

Así que para instaurar costumbres ajústense los cinturones y procedamos a despegar rumbo al país de las letras. Pueden bajar las mesitas que se encuentran en los asientos delanteros y fumarse un cigarrito o tomar un café si lo desean, que este avión navega aún en contra de las reglas aeronáuticas.

BORGES Y HAWTHORNE
Sería largo explicar lo que pienso y siento del universo Borgeano y me metería en otro laberinto de esos que suelo gastar miles de palabras para recorrer. Baste con que diga que la obra poética de Borges es mi favorita, pero con sus cuentos la opinión cambia ya que él no es uniforme con su obra en prosa. Algunos de sus cuentos son perfectos pero hay otros donde me pregunto si los dictó mal o los escribió otro porque no reconozco su genio y estilo en ellos.

Pero Borges no solo escribe poemas y cuentos sino que ha prologado infinidad de libros y ha traducido otra igual cantidad. Y aquí es donde cuela Hawthorne en mi vida.

Hubo una época donde dediqué mi tiempo de lectura a leer traducciones de Borges y Cortázar. Todo empezó con la lectura de "La carta robada" de Poe - que si no la leíste no sé qué esperas a hacerlo. Era adolescente, tenía tiempo guardado por mil rincones y estudiaba inglés. Para mejorar mi vocabulario mis padres gastaban fortunas en la vieja librería Sarmiento comprándome novelas de grandes autores. Así leí a Hemmingway, a Poe y a Bernard Shaw entre muchos otros.

Charlando con un amigo me enteré que a Poe lo habían traducido al español mis dos escritores favoritos y fui "a por" ellos a las librerías. Con el tiempo, empecé a comprar y comparar traducciones de libros que ya había leído en su lengua madre. Bastaba que alguien me comentara que tal autor había sido traducido por alguno de los dos para que empezara una auténtica pesquisa para hacerme de ellos. Así llegué a los cuentos de Hawthorne en español.

Había ya leído "la letra escarlata" en inglés pero no sus cuentos. Llegué a Wakefield de la mano de Borges y agradezco haberlo hecho. Años después - unos 10 ya???- releyendo a Borges me encontré con que él lo recomendaba en "Otras inquisiciones". Hay veces que leemos pero nuestra mente no apunta lo suficiente y olvida párrafos enteros de un libro. Por Borges conocí a Kipling, a Chesterton y a Conan Doyle, pero a Wakefield lo trajo Juan a mi vida ... y Federico lo volvió a traer por segunda vez.

HAWTHORNE
Nathaniel Hawthorne es uno de los mejores escritores de la literatura norteamericana más allá de que Borges dedicara muchas páginas a hablar de él, lo recomiende y casi lo plagie en "Pedro Salvadores". Si te gusta Poe, si disfrutás a Cortázar y si ya descubriste a Paul Auster no podés perderte el intentar conocerlo. Hay muchos cuentos en la web para que "te estrenes" con Hawthorne y Wakefield es una excelente opción.

Podría gastar letras repitiendo aquí su biografía pero no lo haré. Hay mil sitios en la web donde puedes encontrarla y al final de este mamotreto dejaré un par de links por si quieres leer algo más. Ahora es hora de volar hacia el cuento que se considera uno de los mejores relatos de habla inglesa.

WAKEFIELD
Cuando leí este cuento desconocía la influencia e importancia de Hawthorne en la literatura. Lo releí por segunda vez a los diez minutos de haberlo leído por primera vez y no sé cuántas veces más repasé esos párrafos. Para explicarme mejor: el link de su cuento está en mi carpeta de favoritos en cada compu que uso. He comprado ya varias computadoras y he repetido el enlace cada vez. Lo releo en papel y en pantalla y no me canso de leerlo.

No voy a detallar aquí el argumento - si, también te dejo un link abajo para que lo leas si querés- pero algo tengo que destriparte de la historia para seguir adelante.

Wakefield es un ser que un día decide abandonar a su esposa. Un día se levanta, sale de su casa, le dice a su esposa que debe viajar por trabajo y que no volverá por tres o cuatro días pero... tarda veinte años en regresar. Uno podría pensar que se perdió, lo secuestraron o en alguna otra catástrofe pero no es así. Wakefield alquiló una habitación a una calle de su casa y pasó veinte años espiando la vida de su esposa hasta que un día decide volver con la facilidad que uno dice "está lloviendo" (o cuanto humo hay hoy? jajaja para ponernos más actuales).

El autor decide contar esta historia desde un estilo coloquial e incluso costumbrista, diciendo: "Recuerdo haber leído en alguna revista o periódico viejo la historia, relatada como verdadera, de un hombre -llamémoslo Wakefield- que abandonó a su mujer durante un largo tiempo". No importa ahora discutir si es un recurso literario o si Hawthorne relata un hecho verídico (ya Poe dio fe de su veracidad y Borges lo atribuyó a la prolífica imaginación de su autor en "Otras Inquisiciones"). Lo importante es cómo un escritor puede convertir un hecho común, que bien podría estar en una revista o en los policiales de algún diario, en una historia fantástica.

¿Cuántas veces no hemos leido noticias estrambóticas en Crónica? Seguramente muchas. Pero a ninguno se nos ocurrió tranformar la historia del "hombre que estuvo en coma veinte años" en un cuento fantástico. Y si se nos ocurre ahora es porque hace más de cien años Hawthorne lo hizo (si, el Carlos no lo hizo todo. jajaja).

WAKEFIELD Y SU ESPOSA
Hace muchos años en una de esas veces que cambié de compu puse el google a funcionar buscando a Wakefield y entré a una página chilena que hablaba de un libro recién publicado por un argentino que vivía en París. El título, "La esposa de Wakefield", fue el que "elsantogooglequeestásenlared" rastreó para mi.

No sabía que Eduardo Berti existiera hasta que Wakefield lo puso en mi camino. Un diario cuenta que un tío desapareció de su casa, otro tío hace un cuento con esta noticia, yo lo leo y Berti ahora viene a continuar la historia!!!

Más que continuar diría que Berti cuenta la misma historia pero desde la óptica de su mujer. Podemos decir que cierra el círculo (¿o eso lo diría Borges?) relatando lo que hizo la esposa durante esos veinte años, cuenta sus sufrimientos, la desesperación cuando se da cuenta que su marido no murió y sus intentos por cuidarlo desde la distancia pero tratando que él no se entere que sabe que está vivo y a sólo una cuadra de diferencia.

Si te decidís por leer el cuento de Hawthorne y te queda la intriga de cómo cien años después alguien completa la historia no te pierdas de leer la versión de Berti que publica la Editorial Tusquets. Eso si, hacete de paciencia porque las librerías suelen tenerlo agotado y hay que caminar varias hasta dar con un ejemplar.

No quiero dar muchos datos para no arruinar tu lectura pero te aseguro que está muy bien escrito y que vale la pena gastar unos pesitos en comprarlo. Berti es uno de los escritores de nuestra generación que merece ser tenido en cuenta. Basta de Aldahazi's y Piñeiro's. La literatura argentina merece otro nivel, necesitamos escritores que escriban bien y no que vendan libros en los aeropuertos.

EL TRADUCTOR ES BONUS TRACK
No. No me equivoqué en el título. Dije que llegué a Wakefield por una traducción de Borges pero aún falta más para que aterricemos.

Hace algunos años -como ocho ya- participaba en una página literaria. No publicaba muchas cosas -la timidez me vencía y la autocrítica me desvastaba- pero opinaba sobre los escritos de otros miembros y pasaba días debatiendo sobre un libro que había leído o un escritor en particular.

Un día apareció un nuevo usuario que tenía por nick Wakefield y no pude con mi genio y le pregunté si ya había vuelto a casa. No entendió la broma (es que suelo ser muy sutil jajaja) y me respondió medio enfadado contándome todo el argumento del cuento como orígen de su nick. Volví por él diciéndole que me encantaba ese cuento y que lo leí por primera vez porque Borges lo había traducido y aproveché para hacerle publicidad a Berti y le dije había una novela publicada con la visión de la esposa del protagonista.

Pues volvió (más tranquilo, eso si), me agradeció el dato del libro y me dijo que Borges no había hecho esa traducción, que él podía asegurarmelo y dedicó un par de frases poco amables hacia Jorge Luis. No di crédito a lo que decía y puse el google a funcionar y ahí me encontré con un par de escritos donde Borges aseguraba que muchas de las traducciones de Hawthorne publicadas con su nombre las había hecho su madre cuando él pasaba una mala época.

Volví con el dato, le agradecí que me lo contara y le repetí mi casi fanatismo por todo lo que se relaciona con Wakefield pero no quedó ahí tampoco. Volvió y me aclaró que ni Borges ni Doña Leonor tradujeron nunca a Wakefield y que le creyera porque sabía bien de lo que hablaba, que las editoriales consideran que la inclusión de un "ilustre" como traductor les hace tener más ventas - cierto, yo compro muchos libros mirando quién hizo la traducción - y por eso los ponen, pero que la verdad es que los que trabajan son traductores que están haciendo sus primeros pinitos en la industria y que por un salario para llenar el estómago resignan el aparecer en los créditos.

Hay tantos locos en la web que a veces es mejor no discutir y dejé ahí la cuestión. Pero eso hizo que empezara a dialogar con él de otras cosas, de otros libros. Sus conocimientos eran abrumadores. Estimuló mis neuronas más de lo que muchos maestros han hecho. Hemos tenido discusiones por autores y libros, hemos compartido el placer por determinados estilos e incluso hemos hablado de vinos (su otra pasión). Nos unía el amor por los libros y la docencia universitaria. Puedo decir que este blog existe gracias a él. Muchas veces me retaba por no publicar mis cosas y regalarlas a esa página. Este blog nació como un último experimento antes de decidirme a publicar seriamente. Es como una última prueba, un último paso antes de dar el gran paso.

Pasaron los años y un día dejó de participar en la web. No sabía por qué, la gente suele abandonar los foros y uno las extraña como si las conociera en carne y hueso. Otro usuario comunicó que Wakefield había muerto, no el nick, el corazón que latía del otro lado de la pantalla se había detenido. Wakefield en realidad era Federico, profesor de filología norteamericana y el verdadero traductor de Wakefield y nunca lo supe hasta que murió. No importaba la verguenza sentida por mi tozudez en algunas discusiones, sentí su partida como puedo sentir la de un amigo con el que comparto un café dos veces a la semana. Es que en realidad eso era lo que sucedía, formaba parte de mi vida cotidiana e íntima aunque nunca supiera su nombre y apellido. Los nombres etiquetan, la vida se comparte, frente a frente o a través de un monitor.

Por él, leí la autobiografía de Mark Twain, su último trabajo como traductor. Seguramente no la hubiera leído nunca. Ya conté en otro post que las biografías no son un género literario que me apasione y suelo comprarlas y dejar que se llenen de polvo. Ahora, cuando entro en una librería de viejo y encuentro algún autor inglés o norteamericano no miro si la traducción es de Cortázar o Borges. Ahora también busco a Federico. Incluso, a veces, compro libros de otros traductores famosos. En una de esas, él lo tradujo pero no está en los créditos.

Paloma Roca
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Si querés leer Wakefield pinchá en el aleph o en ciudadseva
Si querés conocer más sobre la vida de Nathaniel Hawthorne pinchá wikipedia
Así tradujo Borges "La Carta Robada" de Poe y así la tradujo Cortázar (fijate cuál te gusta más, yo me quedo con la de Cortázar sin dudarlo).
Si querés visitar el blog de Eduardo Berti pinchá en http://www.eduardoberti.blogspot.com/ y si querés conocer algo de su nueva novela el lugar es http://www.lasombradelpugil.blogspot.com/

2 comentarios:

José Luis dijo...

De las traducciones: ¿Leíste las "Memorias de Adriano" de Marguerite Yourcenar, con traducción de Cortázar. Una exquisitez, el mejor libro que he leído hasta ahora (pero, claro, eso va en cada uno).
JL

Chango Glamour dijo...

Hola, Paloma. Felicitaciones por tu blog.
Por suerte, el "luto virtual" todavía no forma parte de mis experiencias, pero conocía otro caso, aunque no tan impactante y de vínculo tan estrecho.
Un abrazo