AVISO Y NO TRAICIONO


De la historia genética, el machismo y por qué Lilita no gana

Vengo sosteniendo desde hace unos meses que Lilita Carrió no obtendrá el segundo puesto en las elecciones de este domingo. Y pese a que entiendo que las encuestas y la "sensación electoral" digan lo contrario, no entiendo por qué nadie presta atención a mi razonamiento.

Quizá esperando confirmar que soy un fantasma al que nadie puede ver ni escuchar es que hoy escribo estas palabras en un blog que nadie visita y mucho menos comenta.....

La genética no sólo nos indica el color de ojos que tendremos

Esta idea no parte sólo de mis neuronas sino que hay varias bibliotecas que coinciden en señalar que la herencia genética afecta a cuestiones físicas y psíquicas o psicológicas y de la misma manera que la hemofilia se hereda también se heredarían conductas, aficciones, adicciones y demás yerbas legales e ilegales.

Siguiendo este razonamiento tambien se habla de la memoria genética. Para muestra basta que recordemos ese experimento de laboratorio con monos, bananas y miedo a un castigo nunca recibido para entender por qué el ser humano tiene temores sin fundamento a cuestiones que sus antepasados sufrieron (Paenza copia en su libro este relato, puedes leerlo aqui http://mate.dm.uba.ar/~cepaenza/libro/LIBRO_PAENZA.htm).

Existe una vieja creencia irlandesa que sostiene que para liberarse de los errores que cometieron nuestros ancestros hay que pedir perdón por ellos, una especie de confesión y arrepentimiento para terminar con las ligaduras del pasado y tener una vida de la que nosotros seamos su causa y efecto.

Generalizando y extendiendo esta teoría, podemos decir que las sociedades tienen memoria e historia genética. Por este motivo sería casi improbable la vuelta a la monarquía en Francia. Tanta crueldad de los Luises y su absolutismo quedó impregnada en los genes de los franceses de manera tal que la sola idea de instaurar como soberano a un rey les causa rechazo e incluso repulsión. Por la misma razón podríamos sostener que los militares dificilmente puedan volver a acceder al poder ilegítimamente y con el apoyo del pueblo, o fundamentar el por qué del odio irracional a los uniformes de nuestros adolescentes.

La genética electoral y el domingo

Volviendo a mis carriles (en mi genética debe haber alguna información que indique que no debo decir las cosas de sopetón) es que vuelvo a repetir MI afirmación (que no vaticinio) del inicio:
"Lilita no obtendrá el segundo puesto este domingo".

Nuestro país ya tuvo una mujer presidente (vale, presidenta, que así es como está de moda). Una presidenta que fue una mujer sin carácter, manejada por un oscuro y malvado personaje que nos llevó a otra época más oscura, malvada y sangrienta.

En la memoria colectiva de los argentinos no existe el concepto de una mala presidencia sino de una malA presidentA y el orígen de esos tiempos nefastos es que fue una mujer la que tenía el poder.

En el inconciente colectivo (gracias Charly) flota que Cristina ganará, porque la lógica, su marido, los fraudes, la tv y las encuestas lo dicen. A la oposición sólo le resta votar a aquel que será el segundo.

Esto ha sucedido ya otras veces. Este país ha votado "para que vuelva" (Perón) y "para que no vuelva" (Menem). Ahora es el turno de votar "para que no se repita" (el apellido K).

Hasta ahí estoy de acuerdo, donde mis ideas se apartan es al decir que Lavagna será el elegido por la primera minoría para evitar que una mujer llegue al poder.

No se trata unicamente de que en el interior las tradiciones aun perduran, ni siquiera de una cuestión de machismo. Estos son hechos que incidirán levemente en la decisión al momento del sufragio. Habrá mujeres y hombres machistas que voten a Lavagna porque consideren que una mujer no debe ser presidente o porque la costumbre histórica indica que la primer magistratura debe ser ocupada por un hombre. Pero Lavagna no llegará segundo por estas causas sino que es la historia genética la que lo colocará en ese lugar.

Lavagna llegará segundo porque igual que aquellos monos de laboratorio tenemos en nuestro código genético la información de que una mujer siempre será una mala presidentE. Aunque los jóvenes de 18 o 20 años nunca hubieran escuchado hablar de Isabel, ni la hubieran estudiado en el cole, esa aversión a una mujer en la presidencia no está en su alma sino en sus genes.

Y para atacar al alma tenemos muchas herramientas: los golpes bajos, las Dolores Argentinas, etc. Pero de genética se sabe tan poco. Dudo que haya encuesta fiel o infiel, prensa amiga o enemiga, boca de urna tendenciosa o sincera que pueda contra ella.

Y podremos jugar a la conspiración y hablar de fraude para que alguien llegue primero. Pero si vamos a creer que alguien puede llegar movilizar todo un aparato para que alguien llegue segundo, no estaríamos locos, estaríamos perdidos.

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